viernes, 5 de noviembre de 2010

El legado K

Independientemente de lo diametralmente lejos que me encuentro de la política K, no quiero dejar de comentar mis impresiones sobre su Legado.

Un país polarizado, empobrecido, con menos educación, con menos cultura al trabajo. Se aprovechó de una sociedad por demás tolerante, que supo esquivar y ser paciente ante los piquetes, las movilizaciones, las tomas de colegio, la protesta y el propio insulto presidencial de apoyar los cortes y permitir el libre albedrio como si no existiera la ley ni los derechos de los ciudadanos.

Dañó todas las instituciones del país, desde el Congreso (ordenando sacar leyes aprovechando una ventana de poder en contra del voto popular, atropellando a la oposición), la Justicia como eje de control democrático presionada por el Consejo de la Magistratura, el Indec (bajo la órbita del máximo exponente del estilo K, el alfil Moreno), la CNC (haciendo y deshaciendo en función de decisiones políticas) , la CNDC (con el ultimo dictamen a favor de la operación Telefónica-Telecom, desdiciéndose de todo lo actuado hasta ese momento), la Cancillería (en manos de un barra brava como Timerman), etc.

Un doble discurso permanente en todos los órdenes. Donde la forma de hacer política dependía de coerción y cooptación de voluntades por un lado y la seducción de facciones de izquierda, por otro.

Hablaba de redistribución cuando la única redistribución que entendía era la de él y sus amigos y familiares. De hecho, el país está peor que en la época de Menem en términos de distribución del ingreso.

Un estilo de liderazgo duro, céntrico, patotero, sin fisuras salvo las propias, ya que sólo él conducía todo, con 2 o 3 delfines totalmente sumisos y alineados a su voluntad. Se convirtió en un hombre que supo construir su poder desde abajo, de manera muy inteligente. Ojala hubiera utilizado toda esa inteligencia para el bien del país, en vez de estar permanentemente pensando como destruir al otro, como desunir, polarizar, mantenerse en el poder y hacer dinero. Con más de $50 millones “declarados y generados” durante su gestión como presidente y consorte, mas las decenas de negociados llevados a cabo, los cuales lamentablemente ahora solo podrán ser juzgados por Dios.

Hay un trabajo enorme de reconstrucción por hacer. Aprendamos, para que no vuelva a pasarnos lo mismo.

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